Paternidad inteligente en la era digital.
De la generación boomer a los milenials las cosas han cambiado significativamente, y muchos milenials hemos aprendido a utilizar la tecnología apenas de forma empírica. Más que haber tenido alguien que nos guiara, aprendimos por cuenta propia y esto nos llevó a generar una lógica de “prueba y error”. Al no ser exactamente la forma más efectiva, nos vimos cometiendo errores o incluso nos pusimos en situaciones vulnerables debido a que no estábamos bien preparados para explotar adecuadamente las herramientas que estaban a nuestra disposición.
Pero de una u otra forma, aprendimos un par de cosas y nos quedó la moraleja de que hubiese sido mejor contar con alguien que nos enseñara sobre prevención y prudencia frente a las novedades que iban a incursionar de forma definitiva nuestras vidas. Hoy por hoy, aún si no somos unos expertos, podemos tomar la iniciativa de acompañar a nuestros hijos en el proceso de construir una relación sana con la tecnología. De la misma forma en la que los ayudamos para amarrarse los zapatos, cruzar la calle o evitar lastimarse en el mundo real, debemos asumir la responsabilidad de ayudarlos a navegar ese nuevo escenario conocido como el mundo digital.
Es por esto que hemos preparado una serie de puntos clave para ayudarle a pilotear la experiencia de sus hijos en la era digital:
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Monitorear el mundo digital de su hijo
Las dos primeras preguntas que debe hacerse son ¿Que dispositivos digitales y que tipo de me medios de comunicación está utilizando y consumiendo su hijo? Y ¿en qué contexto los utiliza? Dado que ellos nacieron en un mundo donde las nuevas tecnologías ya hacían parte integral de la vida cotidiana, no tienen el mismo punto de referencia que usted probablemente si tiene. Usted probablemente creció en un mundo donde las herramientas digitales eran opcionales y prendió a utilizar otros recursos e incluso a entretenerse de manera diferente. Pero claro, el mundo cambió y nos vimos incorporando indiscriminadamente a nuestro estilo de vida una cantidad de cosas que nos facilitaban la vida. Se volvió costumbre, y, como todo era nuevo, muchas veces ni nos dimos cuenta de cuanto y como las utilizábamos.
Ser conscientes de este par de factores es importante no solo para nosotros sino también para el niño. Una buena idea es monitorear la actividad del niño durante 24h. Este simple ejercicio de observación puede darle una buena idea sobre los controles y las medidas que puede tomar eventualmente. Comience por hacer un cuadro en el que pueda anotar que dispositivos usa, cuanto tiempo para en cada uno y para qué actividad en específico. Puede incluso acceder a la información de las aplicaciones o páginas que visita y ver con mayor detalle para que fines (leer, ver videos, videojuegos).
Una vez hecho esto, no se enfoque exclusivamente en el tiempo frente a la pantalla, trate de analizar también la calidad del contenido que consume. No es lo mismo pasar una hora viendo videos de gatos, que viendo un contenido que tenga un valor educativo.
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Establezca reglas de juego con el otro padre
Ya sea que conviva con el otro padre o se trate de una relación de copaternidad, es necesario establecer reglas de juego que sean claras. Cuando los dos padres conviven juntos se tiende a pensar que las oportunidades de dialogo son más frecuentes y que se va a estar más fácilmente de acuerdo frente a los puntos de vista, sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad.
Cada tipo de familia, compuesta en cualquiera de sus formas, tiene sus propios desafíos a la hora de mantener la consistencia en cuanto a la enseñanza y la continuidad en la vida cotidiana.
Es necesario establecer, en conjunto con el otro padre, algunas reglas básicas que sean fáciles de seguir, sobre todo cuando el niño pasa tiempo en dos hogares diferentes. Siempre resulta útil que los adultos se pongan de acuerdo frente al software que se permite utilizar, los controles que se deben imponer y la forma en la que ambos van a establecer protocolos de observación activa. Si nota algo extraño, no dude en hacérselo saber al copadre, en lo posible, discútanlo juntos con el niño para que entienda que se trata de un tema que involucra a toda la familia. Siempre es bueno actuar en equipo y poder establecer una comunicación abierta y una presencia constante en la vida de su hijo.
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Ayude a moldear la experiencia en línea del niño
Para esto debe pasar por una primera etapa de exploración. Tómese el tiempo para tener momentos de interacción con su hijo, pregúntele sobre sus intereses y necesidades en el entorno digital. Tenga en cuenta que estos pueden ser bastante diferentes de los suyos y de esto también van a depender sus hábitos.
Una vez esto quede claro, será hora de imponer límites consistentes y en equipo. Es también una oportunidad para explicarle a su hijo porque los límites son importantes y cuáles son los beneficios de los mismos. Esto le ayudará al niño a desarrollar por sí mismo un sentido propio de lo que significa un comportamiento virtual saludable.
Pero como lo mencionamos antes, es un proceso que está en constante renovación, así que, si en algún punto considera que es necesario cambiar las reglas, no lo haga arbitrariamente y de la noche a la mañana ya que esto puede enviarle mensajes confusos al niño. Repita el proceso, siéntese con él, explique las razones por las cuales las reglas cambiar y los objetivos que se desean con estos cambios, el niño será más asertivo al entender que se le trata con respeto y hace parte del consenso en vez de tener que seguir lineamientos arbitrarios.
Aún con todo esto, es imposible controlar el 100% de las cosas que su hijo hace en línea, por lo cual el objetivo principal siempre debe ser ayudarle a desarrollar su autocontrol y un sentido ético en la toma de decisiones. Al existir una relación de confianza y autocrítica, el mismo niño vendrá a consultarle o pedir su ayuda cuando suceda algo inesperado. La idea no es regañarle sino crear un espacio donde él pueda compartir honestamente y se puedan tomar correctivos a tiempo de forma colectiva.
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Compartan, aprendan y jueguen juntos
Acompañe a su hijo cuando apenas esté empezando a descubrir las herramientas tecnológicas a su alcance, los niños a edades muy tempranas aprenden mediante la repetición de los comportamientos que observan en su entorno inmediato. Comience por mostrarle usted mismo como utiliza ciertas aplicaciones que resulten aptas para su edad. Una llamada por Skype o Facetime a los abuelos, ver videos en YouTube Kids, crear videos divertidos y editarlos con ayuda de aplicaciones en su teléfono, plataformas de juego adecuadas para sus edades con juegos de memoria, reconocimiento de figuras, encontrar las diferencias, etc. En fin, lo que sea que usted considere apropiado, y enséñeles a acceder a estas páginas o aplicaciones por ellos mismos para irles inculcando algo de independencia virtual.
Es importante reconocer que la tecnología avanza todos los días y llegará el momento en que usted no entenderá del todo lo que su hijo hace en el mundo virtual, por eso es útil mantener la mente abierta a que de vez en cuando, será él quien le enseñara una o dos cosas. El hecho de establecer esta doble lógica de aprendizaje desde un principio le permitirá moldear patrones de comportamiento positivos desde dad temprana. Y tenga en cuenta de que aún, si a veces, tratamos de controlar el tiempo que se invierte en los dispositivos, no está mal de vez en cuando permitir una flexibilidad de horario si nota que se trata de algo que beneficia el desarrollo de su hijo.
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Seguridad y contenido sano en Internet
Dependiendo de la edad de su hijo, este se va a ver expuesto amenazas diferentes en la red. Mientras que para el intervalo de edad de los 0 a los 5 años se trata más de un asunto de restricción de contenidos y acceso (lo cual es fácilmente gestionable mediante una herramienta de control parental), en niños de 6 a 8 años ya se comienzan a identificar problemáticas de ciber-matoneo, grooming (también conocido como engaño pederasta) e imagen personal.
Por estas mismas razones sea especialmente cuidadoso con la información que usted o su hijo publican en sus perfiles en línea y los parámetros de su configuración de privacidad. Recuerde que una vez que algo se publica en internet, es casi imposible hacerlo desaparecer completamente o incluso controlar quien tiene acceso. Si bien no hay una solución que nos permita estar completamente seguros todo el tiempo, si podemos tomar algunas precauciones para tener un mejor control sobre nuestra vida privada y la de nuestros pequeños.
Discuta con su hijo cuales son los contenidos que uno debería poder compartir y a diferenciarlos de lo que corresponde a la esfera privada. Empiece por inculcarle la idea de que cuando uno se conecta a Internet se debe interactuar con extremada cautela cuando se trate de gente que no conocemos en la vida real.