¿Puede la madre gestante influir en la genética de mi bebé?
Según un estudio del Instituto de la Fundación de Infertilidad de Valencia (FIVI), se confirma la hipótesis de que las madres gestantes son capaces de variar la expresión genética del embrión aun cuando el ovulo es procedente de otra mujer.
Un poco de historia
En 1990 el epidemiólogo británico David Baker que afirma que “lo que sucede en útero materno es más importante que lo que sucede tras el nacimiento”. El científico afirmó que la placenta y el endometrio de la mujer gestante se comunican entre sí y son capaces de reprogramar la genética en el marco de tratamientos de Reproducción Asistida que incluyan donación de óvulos y gestación subrogada.
Esto es algo que ya se sospechaba no solo por la coincidencia entre algunos rasgos físicos entre las madres gestantes y los bebés, sino también por la incidencia de ciertas enfermedades en los niños que se relacionaban con patologías maternas durante la gestación. Uno de los primeros ejemplos de esto se evidenció en niños que desarrollaron diabetes debido a factores de malnutrición materna. Ello se debe a una correlación que se da a través de la adaptación epigenética, en la que un feto que se desarrolla en un entorno de escasos recursos aumenta su capacidad de almacenar más azúcar en su cuerpo para su propio beneficio.
Sin embargo, no fue sino hasta 2015 que el investigador Felipe Vilella, de la FIVI, confirma la existencia de esa “comunicación” entre el endometrio y el embrión. Se descubrió que los hábitos de la mujer durante el embarazo son determinantes en el desarrollo embrionario al punto de que son capaces de modificar la expresión del genoma del embrión. Además, hoy en día se sabe que tal “comunicación” epigenética se produce incluso desde antes de que el embrión se implante en el endometrio.
¿Qué es exactamente la epigenética?
La genética y la epigenética, son cosas que, si bien están relacionadas, son muy diferentes. Para empezar, la genética es la herencia biológica de determina a un organismo, es decir los caracteres que los padres transmiten a sus hijos. Por el otro lado, la epigenética, es el proceso mediante el cual la legibilidad o expresión de los genes se modifica sin que se produzca un cambio en el código del ADN. Esto quiere decir que existen pequeñas etiquetas químicas que se agregan o se eliminan de nuestro ADN dependiendo de los cambios en el entorno en el que vivimos. Dichas etiquetas cumplen el papel de activar o desactivar los genes de forma que estos se adapten a las condiciones que nos rodean sin cambiar necesariamente nuestro genoma.
Si toda esta terminología le resulta confusa, no se preocupe, simplemente haga de cuenta que la genética es como un diccionario donde usted va a encontrar todas las palabras que conforman al organismo, de la A hasta la Z, y abarca la totalidad de la información que contienen sus genes. Por el otro lado, la epigenética es como si usted subrayara algunas de las palabras de dicho diccionario. Claro, todas las palabras seguirán contenidas en él, pero ahora existe un enfoque particular sobre algunas de ellas. Así pues, las “palabras” son la información genética contenidas en el ovulo y el espermatozoide de los padres biológicos, las “palabras subrayadas” son lo que determinarán ciertos aspectos del bebé y la tarea del útero de la madre gestante será apenas “subrayar” aquellas “palabras” que sean más adecuadas para el desarrollo del embrión en aquel útero en particular.
Si bien aún se trata de un campo científico con bastante tema por descubrir, cada vez parece mostrar más que existen factores que, sin estar completamente ligados a los elementos genéticos, pueden intervenir en el ambiente celular y determinar cambios en las etapas de desarrollo de un organismo, desde la fecundación del cigoto en la reproducción sexual hasta su forma adulta. Esto nos ayuda a darnos cuenta a qué punto es el entorno el que determinará los genes (que no se modifican) que se expresan y de que formas, un fenómeno fundamental que determina la forma cómo somos.
¿Cuáles son las causas de estas variaciones?
La regulación epigenética se puede dar por cambios en la configuración de la cromatina, la cual es una sustancia que se encuentra en el núcleo de la célula y que forma el material cromosómico compuesto por el ADN unido a las proteínas. Su interacción con las proteínas celulares básicas, que llamamos histonas, es lo que provoca al final de cuentas dichos cambios. Si la cromatina se encuentra muy condensada el gen no podrá transcribirse dado que los elementos que ayudan a dicha transcripción no pueden acceder a esa región del ADN, siguiendo la misma lógica, si la cromatina no está condensada, es posible que exista la transcripción del gen.
También influyen los procesos de metilación del ADN, lo cuales son responsables de los cambios en la actividad de los segmentos de ADN sin necesidad de cambiar su secuencia. Sus impactos abarcan desde la impronta genómica, que selecciona los genes que se expresarán en nosotros, hasta la inactivación del cromosoma X y la represión de la expresión de algunos elementos genéticos transponibles, envejecimiento y carcinogénesis.
¿Cuál es su papel en la reproducción asistida?
Hoy por hoy, sabemos que nuestro entorno ejerce una poderosa influencia en las formas como se expresa nuestro código genético. Adicionalmente, nuestras experiencias también pueden marcar nuestro material genético de formas que hasta ahora no entendemos por completo. Por esto mismo, es apenas lógico pensar que tales marcas van a ser transmitidas a nuestros hijos genéticos por medio la gestación subrogada, razón por la cual es sumamente importante conocer de antemano no solo el historial médico de la madre sustituta, sino también darse el tiempo de conocer un poco sobre su vida personal.
Estudios científicos parecen indicar que una molécula de líquido endometrial es capaz de reprogramar la genética del embrión modificando así la expresión de sus genes. Esto implica que la madre gestante, aun si no transmite su propia carga genética, si puede modificarla, incluso si el ovulo proviene de una donante.
Durante el embarazo la epigenética no solamente tiene el rol esencial de establecer, de entre los 20.000 a 25.000 genes presentes, cuales genes se van a expresar, sino también en qué momento del desarrollo. Esto sucede dentro del vientre de la madre gestante, donde existe un conjunto de moléculas que se colocan alrededor de las cadenas de ADN y que determinarán si los genes serán activados o silenciados.
Aun si se trata de un proceso que se lleva a cabo toda la vida, tiene una importancia particular durante el desarrollo embrionario y fetal. Cuando se forma el cigoto tras la fecundación, se produce la reprogramación epigenética, lo que implica que la epigenética de los padres desaparece para evitar así la posible acumulación y transmisión de errores. Es mediante este proceso que se forma un nuevo epigenoma.
Así pues, es dentro del útero que el embrión, gracias a los fluidos maternos, obtiene elementos que se unirán a sus genes e intervendrán en su expresión afectando el desarrollo embrionario. Básicamente la madre gestante modifica la expresión de la información genética del niño.
Tenga en cuenta que encontrar y escoger una candidata que cumpla con ciertos requisitos es un proceso extenso pero necesario ya que es el primer entorno en el que vivirá el bebé. Sea consciente de que su escogencia en términos de madre gestante puede eventualmente dar como resultado la formación de distintos fenotipos (o características físicas) e incluso influir en el linaje celular que perdurará en las generaciones que vendrán después.
Como con cualquier embarazo, también se debe prestar particular atención a la dieta, el ejercicio, el estrés, el consumo de sustancias toxicas (alcohol, tabaco, drogas, etc.) de la madre gestante, ya que estos factores definitivamente influirán en el epigenoma del bebé. No olvide que al ser el primer entorno en el que el embrión se desarrolla, es apenas lógico que se adapte a los nutrientes y moléculas que la madre gestante le provea. El ambiente intrauterino es fundamental para el buen desarrollo del embrión al punto de afectar al bebé tanto de forma física como psicológica por el resto de vida. Tómese su tiempo, encuentre varias candidatas, revise atentamente su historial médico y sus hábitos de vida, tome una decisión bien informada y cuente con la adecuada asesoría médica ya que, como puede ver ahora, la madre gestante está contribuyendo al futuro de hijo incluso más de lo que se pensaba en un principio.