Acepta tu cuerpo posparto
¿Quien no ha tenido nunca dudas sobre su cuerpo y quién no ha pasado por esos momentos de dificultad psicológica durante y después del parto? Nos ha pasado a todas y a veces nos aferramos a la imagen de nuestro cuerpo en su estado anterior al embarazo olvidando que a lo largo de nuestra vida nunca cesamos de cambiar, de evolucionar, de convertirnos constantemente en algo diferente. Si bien no podemos evitar algunas veces esos momentos complicados mentalmente, siempre podemos desarrollar herramientas para aprender a lidiar con esas experiencias y salir fortalecidas y más conscientes de lo maravilloso que es nuestro cuerpo. He aquí algunas cosas que pueden ayudarte a manejar tu percepción personal:
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Comienza por entender y agradecer las cosas increíbles que tu cuerpo puede hacer
Esta idea no se limita la habilidad de crear, desarrollar y dar vida, de hecho, implica muchísimas cosas más. Ya sea desde el ser capaz de correr una maratón hasta el hecho de sanarse a sí mismo después del parto, el cuerpo es una maquina increíble que te brinda la mejor experiencia de todas, esa de poder disfrutar de la vida con todo lo que ofrece. Tu cuerpo más que una imagen es el vehículo que te da la posibilidad de poder jugar con tus hijos, verlos, tocarlos y olerlos (si ya sé que estás pensando en ese olor increíble que tiene su cabecita cuando lo tienes entre tus brazos).
Ahora eres mamá, se consciente que ofrecer el regalo de la vida no es una cosa banal, es quizás una de las cosas más asombrosas que puede hacer tu cuerpo. Es algo que va más allá de lo comprensible, porque solo quién ha dado a luz logra entender la dimensión de lo que significa, y eso es algo que no todas las mujeres tienen el privilegio de vivir. En ningún momento le diste la orden a tu cuerpo “tenemos que hacer una mano, ahora una pierna, etc.”, él ya sabía qué hacer y nueve meses después conociste frente a frente a tu pequeño, ¿Acaso no es la cosa más increíble?
Es de otro mundo imaginar como un par de células pueden juntarse y crear algo tan complejo como un ser humano, además de contar completamente con el trabajo de cada parte de cuerpo para crear esa nueva vida. Darle crédito a tu cuerpo por todo lo que hace por ti es apenas el comienzo para quedar maravillada y agradecida contigo misma.
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Cambia tu definición de la expresión “estar en forma”
Estar en forma no significa tener unos abdominales de hierro, una figura de reloj o cualquier otra idea sacada de una portada de revistada editada con Photoshop. Vivimos en la era de la información, lo cual significa por antonomasia, la era de la publicidad. A fuerza de repetírnoslo mil veces al día, comenzamos a convencernos que estar en forma significa estar en gimnasio 5 horas al día, comer ensaladas y tener 20 años. Y el problema está en que, si la publicidad no nos hace sentir que nos falta algo, pues no vamos a estar motivadas a comprar, así que tal vez esa definición merece ser revisada y cambiada.
Te propongo que veas la frase “estar en forma” como el hecho de estar sana y poner un énfasis en el bienestar personal, como poder levantarte en la mañana con la energía suficiente para poder atender tu vida diaria y la de tu familia, es hacer un poco de ejercicio para mejorar nuestro estado de ánimo no para perder kilos es llevar una dieta equilibrada para mejorar tus niveles de energía no para contar calorías, es explorar nuevas cosas como un curso de yoga para mejorar nuestra flexibilidad, ejercicios kegel para mejorar nuestra vida sexual, es tener la salud suficiente para poder tomar tus hijos en tus brazos cuando quieren que los consientas.
“Estar en forma” es ser conscientes de que existen tantas cosas que damos por sentado y que si no tomamos acción ahora frente a nuestra salud en un futuro podríamos no poder volver a disfrutar de las cosas más simples y hermosas de la vida. El cuerpo no es un objeto solamente estético, es la cápsula que nos permite entrar en contacto con todo los que nos rodea, es el envoltorio de nuestra existencia, y debemos cuidarlo para poder aprovecharla de forma plena.
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Deja de compararte a las imágenes de consumo
La imagen que generalmente vemos en los medios son simplemente la forma mediante la cual campañas de mercadeo que tratan de vendernos algo, ya sea un producto, una idea, un estilo de vida o una imagen pública. Claro, las hemos normalizado como sociedad ya que estamos más que acostumbrados a ver este tipo de imágenes en todas partes desde las revistas y páginas web que consultamos hasta los anuncios en el transporte público y, hoy más que nuca, en las redes sociales.
Siempre es sano ver este tipo de imágenes como constructos artificiales con finalidades precisas. Esto incluye casi exclusivamente a gente para quién su imagen hace parte de su carrera profesional, pues resulta más fácil tener una imagen casi perfecta cuando se tiene un equipo de producción detrás con presupuestos y editores. Gente a quien se le paga por pasar días enteros en el gimnasio y tienen todo un conjunto de asesores detrás. Pero la gran mayoría de mujeres que no trabajan en esos sectores tan específicos, esas que todos los días además de estar disponibles para una familia y tienen otro tipo de carreras profesionales, disponen de un tiempo muy limitado para pasar horas de preproducción simplemente para estar rodeada de su familia, amigos o colegas.
Cada una de nosotras es una combinación única de genética, costumbres alimenticias, sesiones de ejercicio, ciclos de sueño, entorno y sistemas de apoyo durante y después del embarazo, por lo que la forma en la que nuestros cuerpos van a responder al embarazo varía es tan única como un copo de nieve. Así que comienza a admirarte precisamente como eso, como una mujer única, como alguien que va mucho más allá de una imagen física. Focalízate en las cosas que hacen de ti misma tú, esas cosas de todos los días que hacen que tu familia y tus amigos te adoren y te veas única en sus ojos. Basta con concentrarte en la mirada de tu bebé por un minuto para que entiendas que eres el ser más mágico y admirable del mundo. Al final de cuentas tu bebé, que no tiene ningún prejuicio en su cabecita, te podrá dar la respuesta más honesta que jamás nadie te dará, esa respuesta que sin palabras que te dice “eres la persona más hermosa que existe y te mereces todo el amor del mundo”.
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Acepta los cambios
Sin duda tu cuerpo va a cambiar y este va a depender en mayor o menor medida de las con condiciones que citamos antes. Hay cosas que no van a regresar a ser como antes, tal vez tienes algunas estrías, o tus caderas o tus pies cambiaron de talla, tus senos cambiaron de forma o tu vientre tiene un poco de piel de más. Puedes utilizar lo que sea que se aplique a tu caso como herramienta para comenzar a apreciar las cosas como son y ver las cosas positivas que existen dentro de esos cambios.
Tendrás la motivación para hacer algo más de deporte o tener una dieta más equilibrada si no la tenías antes, podrás ir a comprar ropa nueva y renovar tu guardarropa, o lo que se te ocurra. No vale la pena quedarse en el pasado, entiende que como ser humano has evolucionado, es una etapa más de la vida y ahora no solo tienes una nueva oportunidad para reaprender a quererte y renovar tu relación contigo misma, sino también para explorar cosas nuevas, pues tú, como tu pequeño, seguirán evolucionando cada día de sus vidas. Tu cuerpo no solo cambió, también se hizo más fuerte y te hizo más fuerte a ti. Aprovecha todo ese amor renovado que tienes gracias a tu bebé y disfrútalo también, pues ser mamá gracias a un embarazo propio es un privilegio que no todas las mujeres tienen y eso te hará darte cuenta de cuan increíble es tu cuerpo que te permitió hacerlo exitosamente.
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Aprende técnicas de pensamiento positivo
Cuando aprendes a amarte, aprendes a amar todas las cosas que te hacen única, esos pequeños detalles que nadie sino tú puede conocer. No escondas tu cuerpo, has pasado por una transición tan ancestral como la vida misma, reconócete mujer, creadora, camaleónica, mágica.
El pensar positivo es una habilidad, y como toda habilidad, requiere de practica para desarrollarse. Ya estás acostumbrada a andar en piloto automático y por eso mismo a veces no logras controlar los malos pensamientos. Pero no te preocupes, no estás sola, existen recursos innumerables de literatura y conversatorios que te explican cómo desarrollar esta habilidad que te servirá no solo para mejorar tu calidad de vida, sino también la de tu bebé y los seres queridos que te rodean. Te harán más fuerte mentalmente y más resiliente, aprenderás a no concentrarte en los problemas sino en sus soluciones, te harán ver que hay cosas más hermosas en una estría, en una cicatriz de una cesárea, que el cliché negativo que algunos profieren sin tener idea alguna de su verdadero significado.
Comienza con 5 minutos en la mañana agradeciendo lo precioso que tienes en tu vida, dos manos para tocar a tu bebé, un techo sobre tu cabeza, una taza de café y su olor en la mañana. Haz lo mismo en la noche agradeciéndote a ti misma todo lo que fuiste capaz de hacer durante el día. Te tomará apenas 10 minutos al día, hazlo de forma constante y te aseguro que, en unos cuantos días, dejaras de ver las portadas de las revistas con una mueca para en vez verte en el espejo con una gran sonrisa. Ahora eres mamá, que mejor oportunidad para bañarte del mismo amor que le das tu pequeño.